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Economía Circular en las plantas de hormigón.

por | Mar 31, 2023 | Concrete, Innovación, Noticias, Plantas de hormigón | 0 Comentarios

Dentro del sector de la construcción, la gestión y operación de plantas de hormigón se ha caracterizado en los últimos años por un progresivo nivel de tecnificación.

El operador de planta sigue siendo la figura clave en esta clase de instalaciones, pues sobre él recaen, las operaciones propias de la producción, así como también la planificación de la producción y las tareas de mantenimiento.

Pero la tecnología no para de avanzar y esta tecnificación progresiva viene de la mano de la evolución hacia la producción inteligente, con la que alcanzar mayores niveles de rendimiento y eficacia, uso sostenible de los recursos y materias primas optimizando los consumos y reduciendo los residuos de producción, reciclando los sobrantes dentro del propio proceso de producción y dando lugar a ciclos perfectos de economía circular en armonía con el medio ambiente.

De esta manera, el modelo de negocio de las industrias dosificadoras de hormigón evoluciona de forma irreversible incorporando los conceptos de economía circular, lo que supondrá una reducción en el impacto negativo de esta actividad en el medioambiente.

Esta situación, está conduciendo a la necesidad de contar con operadores de plantas preparados para el cambio de paradigma.

Sin embargo, hoy en día se observa un hándicap en las plantas de hormigón distribuidas por todo el mundo: el operador de planta necesita complementar su conocimiento y experiencia con la formación necesaria para que pueda afrontar con todas las garantías los cambios en el funcionamiento de las nuevas plantas mucho más digitalizadas.

Por eso, se deben incorporar elementos de asistencia a la producción, de forma que se opere de forma adecuada y se le pueda sacar el máximo partido a las capacidades tecnológicas de la maquinaria y de los recursos que utiliza.

CAMBIO DE PARADIGMA

Actualmente, las plantas de hormigón están basadas en una arquitectura de control industrial clásico. Existe un autómata programable o PLC como controlador principal de procesos, conectado a una serie de dispositivos I/O (entradas/salidas), motores, sensores y actuadores. Se emplean herramientas de Supervisión, Control y Adquisición de Datos, comúnmente conocido por sus siglas en inglés SCADA, además de contar con sistemas MES (Manufacturing Execution System), enfocado al control de la producción, que monitoriza y documenta la gestión de la planta.

Con esto, se controla la producción (planificación y seguimiento de pedidos, albaranes y stocks de materias primas, entre otras tareas), se configuran los albaranes, y se monitoriza el funcionamiento de cada elemento en planta en tiempo real, por lo que se pueden realizar distintas acciones sobre ella (marcha/paro de máquinas, aviso automático, etc.).

Sin embargo, estas herramientas requieren de conocimientos de operación de plantas industriales, ya que tienen una gran dependencia de las acciones del operador humano, especialmente en cuanto a toma de decisiones, capacidad digital para interactuar con el sistema y capacidad de gestión de negocio.

Esta situación real es una problemática a todo tipo de escala, pues las plantas se encuentran en una situación cada vez más comprometida, al tener dependencias externas que escapan al proveedor de las plantas de hormigón.

EVOLUCIÓN SOSTENIBLE

En esta línea, surge la oportunidad de que las plantas de dosificación de hormigón evolucionen hacia la sostenibilidad y la economía circular, mediante el uso intensivo de tecnologías habilitadoras 4.0, o KET (Key Enabling Technology) que mitiguen los problemas mencionados. Es estratégico para el sector del hormigón avanzar hacia la transformación digital de las plantas, evolucionando hacia nuevas líneas de productos y servicios, en el que se desarrolle una nueva generación de plantas sostenibles e inteligentes, eliminando la dependencia de factores que escapan al control de la empresa o tomador de decisiones.

Esta nueva generación de plantas de hormigón garantiza un uso correcto de las funcionalidades que conducen a una producción eficiente, de calidad, con trazabilidad de la producción y respetuosa con el medio ambiente.

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