A veces se da por supuesto el conocimiento de términos como Industria 4.0, internet de las cosas, inteligencia artificial o realidad aumentada. En Frumecar, pensamos que la utilidad de estas nuevas tecnologías digitales empieza cuando todos los actores del sector —productores, clientes, trabajadores, etc.— tienen una imagen nítida de en qué consisten.

Por ello, vamos a explicar en este post el concepto de realidad aumentada, cuáles son sus requerimientos tecnológicos y cuáles son los campos en que la AR (siglas inglesas de Augmented Reality) puede ser útil.

La realidad aumentada, del entretenimiento a la industria

La realidad aumentada se basa en la siguiente premisa: una persona, por medio de un dispositivo —gafas, una tablet o un teléfono móvil— obtiene imágenes de los elementos físicos y reales de su entorno combinadas con otras digitales.

Su desarrollo inicial vino del mundo de los videojuegos. Todos conocemos el éxito que en 2016 tuvo la empresa Nintendo con su juego Pokémon Go. El juego consiste en que los usuarios salgan con su teléfono móvil por las calles. Usando la cámara del móvil —y con el GPS activado—, los jugadores tienen que encontrar, en las localizaciones reales por las que caminan, las imágenes de unos seres llamados Pokémon (un tipo de dibujos animados). El propósito de la aplicación es que el jugador interaccione a través de la pantalla con estas criaturas virtuales.

Las implicaciones tecnológicas de la AR

Eso es en esencia la realidad aumentada. El segundo paso para entender esta tecnología es explicar en qué se basa. O mejor dicho: ¿qué elementos son necesarios para que en una pantalla aparezcan e interactúen objetos reales con imágenes generadas por ordenador? Responder a esta pregunta es fundamental para entender la utilidad de esta tecnología.

Para funcionar, la tecnología AR tiene que:

Ser capaz de localizar la posición y la orientación de nuestra pantalla o gafas en cualquier sitio del planeta. El desarrollo de los GPS es el que posibilita esa característica.

• Detectar planos.  Ser capaz de reconocer las superficies, horizontales y verticales, que se proyectan en el dispositivo.
• Detectar puntos. Además de detectar el ambiente físico alrededor del dispositivo, se tiene que poder elegir arbitrariamente un punto concreto y que el sistema lo reconozca y lo localice.
• Representación cúbica del medio. El AR tiene además que poder generar un mapa digital cúbico (en 3 dimensiones) de lo que se ve en la pantalla. Esta característica posibilita la interacción entre los elementos físicos y los virtuales, e involucra la detección de imágenes (2 D) y objetos (3D)
• Luminosidad y color. El AR también debe tener sensibilidad a los colores y la luz del medio.
• Detectar caras. Esta característica es clave para el uso de AR en la industria.

Estos son los conceptos que se estudian en los programas formativos como los de la Politécnica de Cartagena (https://teleco.upct.es/guia-docente/247101010). Frumecar colabora con esta institución para proporcionar modelos y ecosistemas reales de estudio y para obtener soluciones tecnológicas que hagan más baratos y competitivos sus servicios y sus productos. Una alianza mutuamente beneficiosa.

La AR aumenta los beneficios de la industria del hormigón

La del beneficio—en términos de tiempo y de recursos— es la tercera pata de la AR. Con ella se da a trabajadores y a los clientes de la industria del hormigón un instrumento sencillo y eficaz para la instalación, la puesta en marcha, el mantenimiento y la resolución de incidencias.

Un ejemplo de ello es la manera con la que en Frumecar ofrecemos la asistencia en remoto. Cuando el cliente tiene un problema en una de sus plantas o con un componente específico, se pone en contacto con nosotros. En primer lugar, se le guía en los pasos para instalar nuestra app de AR, fácilmente descargable desde las tiendas de Android o de Apple. Con la aplicación en funcionamiento, los técnicos de Frumecar pueden entonces ver en su pantalla lo mismo que está viendo el cliente, e interactúan con él haciendo anotaciones y dibujos que se integran en la imagen real que se está viendo a través de la cámara. Así el cliente puede manipular tales componentes con la misma precisión y seguridad que nuestros técnicos.

Esta asistencia remota reduce en un 80 % el tiempo en solucionar la incidencia. De este modo las paradas producidas por la incidencia son mínimas, logrando que la planta siga produciendo en el menor tiempo posible. El uso de esta tecnología proporciona además un alto nivel de autonomía al cliente.

Autonomía, ahorro, tiempo… son algunos de los beneficios que una tecnología como la AR da al sector del hormigón.

En Frumecar la innovación forma parte de nuestro ADN y estamos convencidos de la importancia de poner las últimas tecnologías al servicio de nuestros clientes. Con la AR podemos ofrecerle servicios de asistencia remota integrales: para la puesta en marcha, el mantenimiento de sus instalaciones, la resolución de incidencias o cualquier necesidad de asesoramiento que pueda tener. Todo ello de manera rápida, sencilla y segura.

En este video puede ver cómo Frumecar utiliza la AR en su servicio de teleasistencia.