La industria del hormigón tiene un impacto medioambiental: por su alto consumo de energía, por la huella ecológica que procesos como la producción de cemento originan o por el consumo derivado de las actividades administrativas —el consumo de papel, por ejemplo— .

Frumecar es consciente de su responsabilidad y se esfuerza por encontrar soluciones que ayuden a preservar los recursos naturales y el entorno. Creemos firmemente que el desarrollo sostenible es beneficioso para nuestra industria de la misma manera que lo es para la sociedad en su conjunto y para el planeta.

Por eso trabajamos en todas las áreas en donde se pueda contribuir a una gestión más racional de los recursos y más amable con nuestro entorno.

En 2020 obtuvimos un certificado de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que reconocía nuestra decisión de usar energía de fuentes 100% renovables.

Seguimos trabajando en otras áreas como en la reducción del uso de papel: no imprimimos en papel los planos de fabricación de nuestras plantas; no usamos papel tampoco para las órdenes, los partes ni los informes de trabajo.

En Frumecar sabemos que la lucha por un mundo más sostenible se combate en varios frentes. En todos ellos estamos activos.